Método Konmari y mi naturaleza del caos

by - octubre 14, 2017


¡Que tal!

Hace un tiempo me encontré con el método KonMari y me llamó bastante la atención. Siendo alguien cuya naturaleza tiende al caos, me causó curiosidad la existencia de un método de organización tan estructurado como el de Marie Kondo que, si bien no pensaría en utilizar al pie de la letra, creo que tiene postulados muy buenos.

Como mencioné antes, el método KonMari es un método de organización propuesto por la japonesa Marie Kondo. Éste, plantea que mantener el orden en el hogar es más que solo simple orden y limpieza, sino que tiene además importantes implicancias en el bienestar mental.

Entre muchas de las ideas propuestas por Kondo y a grandes rasgos, están el ordenar por categorías y no por lugares, manteniendo en un sitio las cosas relacionadas, por ejemplo, con el aseo personal, y no por "baño, cuarto o cocina".  Seleccionar aquellas cosas que nos hagan felices, que hemos utilizado recientemente y volveremos a utilizar para organizarlas y mantenerlas, y prescindir de aquellas que no cumplan con esas características.

Si bien estas recomendaciones no son malas en absoluto, la verdad es que personalmente me parecen ajenas totalmente a lo que soy, teniendo en cuenta que, como mencioné, soy una persona que por naturaleza tiende al caos. Es por esto último que una organización hogareña tan estructurada escapa a mi esencia, y la verdad es que no siento la necesidad de estructurar cada esquina de mi vida. Cualquiera que entrase a mi espacio pensaría inmediatamente que podría encontrar una gran variedad de animales salvajes debajo de las pequeñas cajas de madera en donde guardo las cosas que uso a diario, o que jamás en la vida podría encontrar algo de necesitarlo, pero la realidad es que, si me pides una tijera, sé exactamente en qué esquina, sobre qué rincón y debajo de qué libros está esa tijera que buscas.

Suelen decirme que un espacio desordenado refleja una mente desordenada, pero la verdad es que siento que mantener un lugar para todo y todo en su lugar no pinta nada ni con mi personalidad ni con quien soy. No planeo poner en práctica el método al pie de la letra (ni siquiera mayormente) porque creo que no tiene sentido creer que "debo" aprender a ordenarme cuando realmente no siento la necesidad de recurrir a un orden estructurado. No me encanta precisamente la idea de "ordenar" solo porque se supone que debo hacerlo, y esforzarme el doble en ello (porque hay personas a las que se les da naturalmente el orden, y no es mi caso) cuando en realidad ni me acomoda ni quiero hacerlo.

Entonces, ¿por qué escribo sobre éste método?  Porque si bien mi "orden alternativo" (como me gusta llamarlo, en lugar de "desorden") no me quita el sueño, si considero que acumulo objetos que ni uso ni usaré jamás, que no me causan felicidad o "alegría" (como dice Kondo) alguna y de las que debería deshacerme, pero porque lo considero positivo para mi propio espacio. Tomando la propuesta de Kondo me parece una buena idea buscar que, aunque "desordenado" para el resto, a donde sea que voltee solo vea cosas que me sirvan, me gusten y me hagan feliz. Pero, más que por gustarme uno de sus postulados, escribo de ello porque lo que en realidad quiero decir es que todos deberíamos sentirnos con la libertad de formar nuestro hogar como queramos, sin ordenar "porque hay que ser ordenado y punto", ni sentirnos culpables por no tener un lugar para cada cosa o angustiarnos en revolver la casa cada vez que tenemos visitas. Si vivimos solos, es la idea que ese sea NUESTRO hogar, y el de nadie más. Si vivimos con más personas, es importante respetar los espacios comunes y ajenos, así como lo es que el resto de las personas respete el nuestro, para que cada uno forje en libertad el sitio en donde existir y crear.

Si bien mi comodidad y opción personal no encaja prácticamente con lo que plantea el método KonMari, me parece que el libro de Marie Kondo puede ser una buena referencia para todo aquel que guste de un espacio bien organizado, siendo la idea que cada uno encuentre aquello que le acomode.

¿Por qué esperar que todos busquemos el orden convencional siempre? ¿Por qué esperar no "ordenar tanto" como deberíamos? La verdad es que todos deberíamos de mantener nuestro espacio del modo en que más nos acomode y como más feliz nos haga, sin importar si este orden encaja o no con aquello que nos han enseñado siempre. Hay que dejar de pensar que los lápices van aquí, la ropa debe doblarse así y los zapatos ordenarse así, y comenzar a pensar que los lápices van donde los encontremos más fácilmente, que la ropa se dobla como queramos y los zapatos se ordenan como se nos antoje.

¡Nos vemos!



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